EL CACHORRO TOMO 3 ( CON LOS NUMEROS 18 AL 24 )

Libros en rústica con cubiertas en color y páginas interiores en blanco y negro. Edición del propio autor de estos tebeos, Iranzo, con el sello Editorial Ibercómic.

Reedición facsimilar que recogía ocho (o cinco) cuadernillos originales por tomo, incluyendo únicamente las páginas de historieta. La portada del primer cuaderno contenido se reproducía en la portada de cada número y las portadas de los restantes cuadernos contenidos se reproducían a pequeño tamaño en la contraportada.

La publicación nació en el comienzo de mayo de 1951, lo cual se deduce por las fechas que aparecían en la cuarta de cubiertas, que se pueden contrastar con la publicidad que aparecía, con algo de retraso, en la revista Pulgarcito (el segundo número fue anunciado en el nº 209 de Pulgarcito, de 29 de junio de 1951; en el nº 213, de julio; en el 1.242, de febrero de 1955, en el que se anunció el nº 95). Según confirmó Iranzo a Tadeo Juan por carta fechada el 30-I-1998 (hecha pública en Maestros de la Historieta 3º, Ediciones Quirón, 1999), la colección sufrió un parón tras el nº 90, de 56 días, debido a que el título "El Cachorro" ya estaba registrado por el creador de una serie de pastiches literarios de El Coyote; una vez que Bruguera compró la marca se pudo seguir editando la colección con regularidad. La periodicidad se detuvo de nuevo entre los números 132 y 133 durante setenta días, y entre los números 157 y 158 durante 42 días, en este caso con el fin de integrarla en la colección Súper Aventuras. Como Súper Aventuras venía con fechas en créditos, se conocen las fechas de este último tramo de edición, observándose que experimentó retrasos de aproximadamente un mes entre algunos números: 165-166, 167-168, 169-170, 185-186, 188-189, 189-190, 193-194, 195-196 y 203-204.
 
Iranzo mencionó en la Historia de los comics que le pidieron hacer la serie semanal y aunque no podía cumplir con las fechas debido a su lentitud ante el tablero de dibujo decidió continuar él solo con El "Cachorro", hasta finalizarla, sin recurrir a la ayuda de otros autores. Esto, y el hecho de que no se publicitaran episodios concretos como en otras series como El capitán Trueno y Vendaval, da pie a pensar que debió tener también dificultades para entregar a tiempo cada dos semanas.